Prueba

El 23 de mayo de 1.991, un grupo de personas procedentes de diferentes organizaciones sociales (miembros de Cáritas y de la Hoac, Comité No-Violencia, Comité Anti-Otan, Comunidad cristiana de Pescadores…) y personas independientes, mantienen un encuentro en el que se comparte la preocupación por la realidad migratoria que se iba haciendo visible y la necesidad de trabajar aunando esfuerzos. Las muertes de inmigrantes a causa de naufragios de pateras ya eran conocidas y la exigencia de visado a nacionales de Marruecos a partir del día 15 de ese mismo mes iba, según se entendía, a potenciar una forma de entrada en la Península que conllevaba un gran peligro.

 

Los encuentros se suceden a lo largo del verano bajo la marca de “Comisión de Solidaridad y Antiracismo” y se van organizando diferentes acciones. La primera de ellas es la manifestación llevada a cabo el 29 de mayo en el puerto, a la llegada del último barco de Tánger, “con pancartas de apoyo y simpatía a los africanos y rechazo de la política de cierre de las fronteras.”(de las anotaciones de quien en aquel tiempo ejercía de secretaria, Pilar Erce).

El 23 de mayo de 1.991, un grupo de personas procedentes de diferentes organizaciones sociales (miembros de Cáritas y de la Hoac, Comité No-Violencia, Comité Anti-Otan, Comunidad cristiana de Pescadores…) y personas independientes, mantienen un encuentro en el que se comparte la preocupación por la realidad migratoria que se iba haciendo visible y la necesidad de trabajar aunando esfuerzos. Las muertes de inmigrantes a causa de naufragios de pateras ya eran conocidas y la exigencia de visado a nacionales de Marruecos a partir del día 15 de ese mismo mes iba, según se entendía, a potenciar una forma de entrada en la Península que conllevaba un gran peligro.

 

Los encuentros se suceden a lo largo del verano bajo la marca de “Comisión de Solidaridad y Antiracismo” y se van organizando diferentes acciones. La primera de ellas es la manifestación llevada a cabo el 29 de mayo en el puerto, a la llegada del último barco de Tánger, “con pancartas de apoyo y simpatía a los africanos y rechazo de la política de cierre de las fronteras.”(de las anotaciones de quien en aquel tiempo ejercía de secretaria, Pilar Erce).

El 23 de mayo de 1.991, un grupo de personas procedentes de diferentes organizaciones sociales (miembros de Cáritas y de la Hoac, Comité No-Violencia, Comité Anti-Otan, Comunidad cristiana de Pescadores…) y personas independientes, mantienen un encuentro en el que se comparte la preocupación por la realidad migratoria que se iba haciendo visible y la necesidad de trabajar aunando esfuerzos. Las muertes de inmigrantes a causa de naufragios de pateras ya eran conocidas y la exigencia de visado a nacionales de Marruecos a partir del día 15 de ese mismo mes iba, según se entendía, a potenciar una forma de entrada en la Península que conllevaba un gran peligro.

 

Los encuentros se suceden a lo largo del verano bajo la marca de “Comisión de Solidaridad y Antiracismo” y se van organizando diferentes acciones. La primera de ellas es la manifestación llevada a cabo el 29 de mayo en el puerto, a la llegada del último barco de Tánger, “con pancartas de apoyo y simpatía a los africanos y rechazo de la política de cierre de las fronteras.”(de las anotaciones de quien en aquel tiempo ejercía de secretaria, Pilar Erce).

 

Tras la participación de representantes de Almería Acoge en una mesa redonda organizada por Cáritas, la “Comisión de Solidaridad y Antiracismo” acuerda constituirse formalmente en una Asociación de las mismas características que la anterior y que tomaría el nombre de Algeciras Acoge.

 

La asamblea constituyente se desarrolla el 21 de octubre de 1.991, es registrada como entidad el 12 de diciembre y, en este mismo mes comienza a trabajar como Asociación con una atención directa a la población inmigrante centrada sobre todo en la acogida, el asesoramiento jurídico, las ayudas puntuales… y la sensibilización.

Las experiencias diarias que se van viviendo, hace conocer nuevos frentes de actuación y va caminando en torno a ellos.

 

En el mes de diciembre de 1.991 la Asociación entra a formar parte provisionalmente de la Federación “Andalucía Acoge” y es, en la asamblea anual federativa del año siguiente (1.992, en Huelva) cuando se acuerda su incorporación plena a la misma.

 

En el año 2.001 y gracias a personas del entorno del grupo del “0,7%” de La Línea de la C., la Asociación abría su sede en ese municipio. Una misma Asociación y dos sedes autónomas en su funcionamiento, con una realidad propia y diferente.

 

Superados todos estos años, la entidad ha intentado adecuarse a las nuevas realidades de la inmigración siendo ésta tan diversa, complicada y rápida en sus modificaciones, que el debate y el cuestionamiento continuo sobre la acción ha marcado su discurrir diario.

 

En la Asociación se han conocido múltiples situaciones (menores no acompañados, transeúntes sin arraigo, víctimas de trata, personas con enfermedades mentales, nuevas generaciones de extranjeros/as nacidas en España…), muy enriquecedoras y complejas a la vez, que no tienen una solución única e inmediata y que requieren una atención globalizadora y ésta, muchas veces no es fácil de dar.

 

Debido al lugar geográfico en el que se ubica Algeciras Acoge, los imprevistos y las urgencias han venido marcando una parte importante del trabajo diario lo que requiere una disponibilidad fuera del horario predeterminado. Miles de personas han sido atendidas por la Asociación de manera individualizada en los años que lleva funcionando; una atención basada en el interés constante por hacerlo con la máxima consideración. Además, la entidad da respuesta a las peticiones de información o asesoramiento de medios de comunicación (nacionales y extranjeros), estudiantes, empresariado, escritores/as, profesorado, particulares… y está atenta a los hechos o temas susceptibles de denuncia que en el quehacer diario van surgiendo.

 

La asociación Algeciras Acoge surgió en 1.991 como entidad fundamentada en la acción voluntaria y, ese es el sentir y actitud que ha pervivido a lo largo de todos estos años nutrido por todas las personas que han formado parte de ella; personas con expectativas, tiempo de implicación, funciones y responsabilidades diferentes, sin embargo todas con la misma intensidad en su compromiso con la tarea y la filosofía asociativa. Esa misma actitud de militancia es la que distingue a su personal contratado.

 

Algeciras Acoge cree firmemente que otro mundo mejor es posible y en ello se está volcando.